Soy yo y mi mundo, una pequeña parte de la vida que nadie quiere
vivir pero que todos en algún momento
necesitamos para aprender. ¡Y descubrí que soy yo! Descubrí que estoy aquí
vagando para hacer algo, ojalá que para compartir el resto de mi vida con
alguien, pero a veces tanta soledad me asombra, me impresiona, me lleva al
vacío, me conduce al túnel, y se esconde todo lo que está cerca y solo quedo yo
y mis audífonos, me transporto a una realidad distinta, en la que todo es
genial, en la que no hay dolor ni hay miedo, en la que las luces son
brillantes, el sonido es fuerte cuando lo necesito, es apacible cuando busco
tranquilidad, y es mi mundo, porque estoy casi completado, casi que no hay nada
de lo que quieres escapar y te puedes llamar feliz.
Y camino, y voy por la senda, todos esos árboles oscuros que ensombrecen
la vía, que ni siquiera permiten visualizar, que esconden las respuestas que
retratan aquellos pasos que no dejan huella, aquel hombre que va solo por la
vía, que sonríe o se lamenta, que tiene una carcajada o brota una lagrima, pero
que solo la sombra lo acompaña.
Y son las 5 am, las 11 pm, cualquier hora del día, el entumecimiento es
igual, el teléfono suena igual, el calor o el frio es igual, nada cambia, y las
intenciones persisten, porque no gana nada, no gana la tristeza, no gana la alegría,
no hay lágrimas o sonrisas, simplemente ese insípido tiempo que es costumbre,
que ya no produce que simplemente se traduce en esos días cuya única
trascendencia es la de me estoy acostumbrando a ser el chico solitario.
¿Y qué es el amor? El amor no es estar solo, el amor es que te digan ¿cómo
estás? ¿Cómo te fue hoy? ¿Qué hiciste? Pero que lo digan con persistencia, que
sea sentido, que produzca la emoción, el amor es que piensen y tu pensar, es
que te quieran y tu querer, es que te extrañen y tu extrañar, es que te ganen y
tu ganar, el amor es un sentimiento mutuo más que personal, y ahí varios nos
jodimos sin mencionar a quienes ya transgredí.
Mis suspiros permanentes indican el vacío, indican la necesidad, indican
una inmensidad, pero ya saldrán a decirme que la felicidad está dentro de mí, y
en efecto tengo muchísimos momentos de felicidad, pero todos ellos solo, todos
ellos con amigos y personas que me estiman, me aprecian y me quieren pero no en
la manera que uno diría, así es como quiero yo.
Esos días tan solo deberían estar prohibidos.
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