jueves, 11 de diciembre de 2014

EL ORGULLO


Las grandes relaciones se han perdido por culpa de un “Si no me habla yo tampoco”.

El orgullo es una poderosa arma de autodefensa y diría yo en algunos casos de autodestrucción que poseemos todos, pero no todos lo usamos de la misma forma y con la misma fuerza, muchas veces sin darnos cuenta nos hace más daño que protegernos en sí.

El orgullo protege nuestra dignidad y decoro, es el muro de nuestro amor propio como seres humanos. Lo empuñamos cuando pensamos que no se nos da el valor que merecemos o cuando nos desprecian.

No obstante el orgullo puede ser el principal asesino de muchas relaciones personales, de amor, de amistad, incluso laborales o de negocios, y puede llegar a separar a personas que se estiman y alejar a dos que se aman.

Por eso aunque a veces algunas personas nos hagan falta, nos cohibimos de expresarles nuestros saludos si quiera porque notamos que se sienten mejor en compañía del orgullo, que muchas veces esas mismas personas nos extrañan pero son incapaces de romperlo y buscarnos. Muchas veces esperamos que el orgullo se vaya a dormir y las personas digan "Hola, echaba de menos hablar contigo", pero no pasa y cuando se encuentran dos orgullosos lo único que crecerá son millas y millas de nada.

Así que orgullo por favor, sal de su cuerpo, abandónala. Porque aunque muchas veces otros seamos los que fallamos el orgullo y sus actitudes derivadas impiden que las intenciones fluyan. Porque muchas veces el orgullo hace perder las cosas que uno quiere realmente.

Entonces hay que revisar cual es el valor que le damos a las personas y que espacio merecen en nuestra vida y nuestro corazón. Si de verdad valoras a alguien dale vacaciones a tu ORGULLO y pon tu AMOR a trabajar. Parece que no supieras por qué los niños se pelean y luego siguen jugando juntos, si no lo sabes te digo que es porque su felicidad puede más que el orgullo. Deberíamos aprender tú y yo de ellos.

Quizás el orgullo nos haga sentir fuertes, pero nunca nos hará sentir felices, porque siempre será mejor perder el orgullo por lo que vale la pena, por quien queremos o amamos que perder todo eso por el orgullo.

Entonces no debemos permitir bajo ninguna circunstancia que el orgullo sea más fuerte que nuestros sentimientos, quizá mañana nos arrepintamos de haber dejado de hacer y decir muchas cosas, incluso desahogarnos. Siempre con el corazón libre de esos pensamientos tendremos todo en nuestras manos para rescatar una relación, una amistad, un vínculo, algo perdido.

El mal genio a veces nos mete en problemas, el orgullo es lo que no nos deja salir de ellos y el veneno que si no tragamos a tiempo nos intoxica y es capaz de hacer que vivamos sin vida.


Tener presente que el orgullo muchas veces es un dictador que esclaviza nuestros corazones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario