Los días pasan y la elocuencia
con la que se vive hace la diferencia entre un día y el otro más que si el día
arrojó utilidades o pérdidas hablando en cualquier aspecto que se quiera tomar.
Hay noticias que van y vienen,
eventos que suceden con y sin trascendencia, estrenos, muertos, hospitalizados
de urgencia, gente que conoces, problemas que te ganas gratis, situaciones
raras que muchas veces no sabes manejar, conversaciones que cambian toda una
mala semana en un mes excelente, circunstancias agradables o desagradables que
te dañan el rato, situaciones x, momentos inesperados, vainas estúpidas y pare
de contar.
Pasión descontrolada es mi
patología, incoherente estrés mi mal derivado y junto a los afortunados o
desafortunados eventos que suceden involuntariamente y ciertamente con voluntad
en otras ocasiones, van a catapultar o terminar de destruir la miserable o fausta vida que
llevo, que acabe lo que mal empezó, que termine lo que ya se hizo y que empiece
el bien que ya empezó.
El aire hace su efecto y la
gravedad poco a poco se encarga de que caiga lo que tenga que caer y que suba
lo que tiene que subir aunque luego vuelva a bajar. Los inentendibles minutos
que acaban en fastidiantes momentos que nos envejecen una hora más terminan por
comerse las horas de risa que tomamos para rejuvenecer un minuto y es que nadie
termina de comprender porque ir es más difícil que venir.
Nadie entiende que para vivir
tranquilo no hay que comprender, hay simplemente
que vivir, vivir y vivir y a veces
joder, porque la vida sin picante no paga, y si no hablan de ti, mal o bien, no
eres nadie, no existes.
La vida da sorpresas y todos los
que han sido pobres y millonarios en un solo día, los que han tenido dos relaciones
en 12 horas, los que han tenido una enfermedad por dos horas y se han muerto de
boca y luego regresar del más acá, pueden comprender que en un día el mundo te
da vueltas y todo puede cambiar, para mal o para peor, a veces para bien,
jajajajaja, bromeo, bromeo, para bien o para mal.
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