No hay excusas para muchas cosas que la culpa
quisiera justificar, muchos momentos sobriamente solos, conscientemente llenos
de soledad, lejos de una alegre realidad, nada que de lo que el dinero puede
llenar. Pero la ilusión sigue renaciendo en medio de cada abatida, el
entusiasmo es una montaña rusa que tiene más altos que bajos, que la
amortiguación ha logrado mantener en un equilibrio que desdibuja del panorama
toda muestra de querer mostrar algo que no es la realidad, porque en penúltimas
todos piensan lo que quieren y no consideran la realidad ya que en últimas lo
realmente importante es lo que hay dentro del corazón lo que vale, y es este sentimiento
mi ilusión.
Una escena que no ha sido capturada, un disco
que no ha sido tocado, un cuadro que no ha sido pintado, un árbol que no ha
nacido, una casa no construida, un conjunto en la vitrina muy caro que nadie ha
podido comprar, una piedra sin tallar, una voz no escuchada, una comida nunca
antes probada, una idea en el pensamiento, la piel en la mente, una estrella
fugaz, la adrenalina de la velocidad, el peligro de ser atrapados, el olor de
la lluvia, un pensamiento incomprendido, una sensación especial en un momento
sin sentido, una mirada inesperada, las cosas que no comprendemos porque nos
gustan, así son las ilusiones, quizá así
sean las mías.
A veces las escenas se graban, quedan para el
recuerdo, un disco nos toca el alma, nos eriza la piel, nos hace pintar en la
realidad aquello que solo en la imaginación existe, vivimos el ocaso, seguimos
viviendo al amanecer, el verde es intenso nada puede caer, todo es seguro, no
hay imposibles, todo se puede porque escucho, porque veo, porque pruebo que
estás aquí. Y ya no estás en mi mente, ahora estás ante mis ojos, te puedo
sentir, huelo tu ser, tu brillo deslumbra, cuanta emoción, ahora ya no quiero
entender, todo es suficiente, todo es inesperado y llena, me siento completo y
así son las ilusiones, son una realidad perfecta, que con solo la mitad nos
hacemos feliz, pero esto no es cierto y aun así lo creemos.
No tienen sentido, no tienen explicación,
llegan sin ser pedidas y desaparecen cuando son destruidas, desaparecen con el
tiempo cuando no son sostenidas, así son las ilusiones. Definen un momento o
una etapa, definen lo que podemos sentir en instantes, definen la manera en la
que dirigimos nuestras ideas y pensamientos, pero nunca, nunca definen lo que
somos, pero si dice de lo que queremos ser y nos dan la fuerza para podernos
imponer. En las ilusiones no hay de malo, solo es una cucharada de la capacidad
de nuestra imaginación, un abrebocas de nuestro alterego, un soñar permanente
en nuestra cabeza, en definitiva no tiene explicación, basta tener una para no
saber que es.
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