Todos tenemos sueños, muchos hacemos para ello,
otros hasta viven y hacen por el sueño de otros, y la vida quizá se base en
eso, en la búsqueda de las felicidades. ¿Y qué es la felicidad?, cada quien
tiene la respuesta en su corazón, cada quien sabe lo que habrá que hacer por
esos momentos y todo lo que se necesita, en todo caso, poco o mucho.
Y bueno, las palabras bonitas muchos tenemos la
oportunidad de escucharlas con frecuencia, pero creo yo que solo sirven como
para darte ganas y motivación, porque la cruel realidad es que para alcanzar
una estrella se necesita el dinero en la mayoría de los casos.
Se necesita plata para todo, para ir y venir,
para coger el bus, para vestirse, para comer, para la educación superior, para
especializarse, para un negocio, para el teléfono, los servicios, la gasolina,
el capricho, el viaje, la fiesta, para las cosas necesarias y las no tanto, ¡para
todo!. Creo que nos cobraran impuesto por respirar, pero eso no es nada nuevo,
todos o al menos la mayoría sabemos el valor económico de las cosas materiales
y de las que no son materiales y tenemos mayor disposición para pagar y no me
refiero a la internet ni la energía eléctrica.
En realidad el dinero es esencial para todo,
acéptenlo o no algunas personas el dinero nos lleva a estados de tranquilidad
muy similares a ser felices, no me refiero a ser millonario, tener un Roll
Royce, un Bentley, un Pent House en South Beach o una mansión en los Hamptons,
me refiero a tener un estado financiero estable, manejable y dinámico, ese que
te haga pensar en invertir y no en estirar, no ese que te haga pensar
permanentemente en: ¿de dónde carajos
voy a sacar plata para pagar la luz? y muchos seguirán sin entender mi mensaje,
porque creen que la unión familiar, la salud física y mental, las buenas
relaciones, el alimento diario son la felicidad y en efecto lo son, pero eso no
tiene que ver con el dinero. ¿Dónde quedan los sueños? quizá no para todos es
la misma historia de casa, carro, beca, amor, otros desean cosas distintas, más
medibles, más realistas, menos ficticias.
La felicidad es un pan con gaseosa en la puerta
de tu casa rodeado de familia o amigos entrañables, la felicidad es una
película en Premier Caracol estrenada hace 4 años atrás y no perdérsela el
domingo por la noche acurrucado en tu cama, la felicidad es jugar un partido de
bola e’ trapo, la felicidad es el olor que no olíamos hace tiempo o el plato de
comida que tanto nos gusta, la felicidad es una nota o una llamada, un beso o
un abrazo, la compañía de los seres amados, de la persona de nuestros anhelos,
la felicidad es cantar o bailar, es cocinar con amor, ponernos la pinta que
tanto nos gusta, la galletica de punto rojo, la chicha, una mirada, una dedicatoria.
La felicidad también son esas cosas que no tienen poco o nulo valor económico,
pero insiste la pregunta: ¿dónde queda la realización personal?, ¿venimos para
conformarnos? ¿venimos a comer chicha con galleta punto rojo y seguir el
precepto social por el que nos han guiado en el trayecto de nuestra vida? ¿creemos
de verdad que lo material es efímero? ¿dónde carajos quedan las veces que
decimos gozar la vida?
Y quizá muchos sigan sin entender mi posición,
sigan viéndome como un “Material Boy”, pero la verdad yo si sueño con ser
exitoso, con tener reconocimientos por mi buen desempeño, sueño con crecer, con
viajar, con surgir, y de hecho la mayoría lo creemos, y la diferencia entre
quienes lo logran y quienes se quedan en el intento y no hacen nada es más que
la persistencia o la perseverancia, es más que el apoyo o el espíritu, es el
hecho de saber que hay cosas trascendentales y que el dinero es una de ellas,
que aunque sea efímero y hoy este y mañana no, hoy, mañana y pasado toca salir
a buscarlo, porque no es una mentira que con dinero se consigue materialmente
mucho, y trae cosas, buenas y malas, y que la misma experiencia de “ir A por el
dinero” nos debe dejar la moraleja de quien somos en el proceso y quien somos
en el resultado.
Así que si vives feliz con poco, lo importante
es que vives feliz, si tienes mucho y no lo eres, el problema eres tú. Yo no
pretendo decir bajo ninguna circunstancia que el dinero es la felicidad, porque
la felicidad no es un objeto adquirible, pero bastante que nos acerca a ella, y
para quienes digan que también les aleja, déjeme decirles que tienen la razón,
pero en ambos casos siempre será el manejo que le den las personas, que no lo
saben administrar, no lo saben usar, no lo saben aprovechar.
Y el dinero pueda que compre todo lo material,
pero nunca comprará amor, nunca comprará dignidad, nunca comprará un hogar,
nunca comprará una familia, nunca comprará una amistad leal y verdadera, pero
aun así se hace necesario para conservar el equilibrio y la armonía, porque
aunque sea para comprar en “Oscar de la 30” o en la propia “Fifth Avenue” de
New York, se necesita un poco de ello.
Pienso en el fondo, que ni los que dicen que el
dinero no es necesario ni proporciona la felicidad, ni quienes tienen
posiciones como la mía o similares tenemos la razón sobre cuál es el verdadero
papel del dinero en la felicidad de nuestras vidas. Igual quiero un yate, un Bentley,
una casa de verano en Orange County y
muchas prendas YSL. Nahhh mentira.
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