sábado, 10 de noviembre de 2012

THE BEGGININS "BOGOTA"



Han pasado ya 3 meses desde que estoy aquí, han pasado tantas cosas y nada que suelo confundirme con ciertas apreciaciones. No puedo desconocer que el cambio fue lo que esperaba y más, porque a pesar de lo que no ha llegado, tengo una nueva visión de las cosas, tampoco puedo ser tan trascendental y decir que mi vida ha cambiado para siempre porque no es así, simplemente nuevos aires, nuevas personas y otros aspectos por conocer te dan una nueva perspectiva y variedad de cosas por pensar, hacer y decidir.
El tiempo corre más rápido al parecer y tus intensiones varían según lo que vas descubriendo, porque cada salida es un desafío con tus límites y tus metas por cumplir, son muchos caminos que se presentan unos muy fáciles de desechar, otros duros de dejar, pero en el fondo del corazón hay un verde que no deja que te rindas, no se si es el cielo o la idea de que todo es más grande, quizá sea la comodidad del clima, quizá sea que a todos le vale madre las cagadas que quieras emprender. Es una libertad rara, porque a pesar de tener todos los caminos a disposición se encuentran ciertas ineludibles exigencias en el camino que  tenemos que enfrentar.

La visión aumenta, la mente se abre y es innegable que el corazón se cierra, y más que yo lo tenía cerrado, pueden imaginar un corazón de acero indolente ante la necesidad, ¡pero no! Es simplemente que se le da el valor a las personas o las cosas según ellos te lo dan a ti, es una especie de interés y sentimientos, la idea de que nada es gratis y así debe ser como yo también doy las cosas, sea todo esto dicho alejado de cualquier precepto de solidaridad, amistad, amabilidad y cualquier emoción que se genere tras una vivencia.
Amo y odio el sistema, por la carencia de medios de trasporte eficientes, porque me siento cual esclavo moderno cuando en esos buses biarticulados  todos de pie aferrados a cualquier rincón, siempre con afán de lograr tiempo o comodidad, sin importar por encima de quien pasamos. Son las largas esperas, las largas caminatas, los eternos puentes, si llueve de repente, si simplemente todo es gris, hasta la ropa. Pero son esas caras de felicidad, esos viernes, muchos lugares por visitar, tanto verde y tantos planes freelance que te dan oportunidades para no quedarte en casa.

No es como dicen y siempre he lo he dicho, y comprobé que nada es como me lo contaron y que cada uno vive su experiencia según su visión y principios y por lo tanto nadie puede encasillar una ciudad o experiencia dentro de parámetros o medidas porque simplemente una cosa es diferente de la otra, y una ciudad de convierte en una elemento de carácter diferente cuando cada uno se empieza a relacionar con el.

¿Y me preguntan que si extraño?, yo simplemente digo que dejémoslo así. 

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