Todo empieza cuando te levantas y
hay un montón de cosas por hacer, enormes compromisos innumerables actividades,
te encuentras muy ocupado, quizá ni te da tiempo de pensar en las cosas que realmente
valen la pena en la vida; pero continuas,
porque la vida es dinámica, cambia y hoy podemos estar donde ayer no creíamos
que podíamos estar.
Tenemos ilusiones, de todo tipo,
sueños, grandes proyectos, pensamientos que consideramos son importantes,
muchas veces nos sentimos tan grandes que creemos que podemos cambiar el mundo,
lo cual es emocionante, porque nos
sentimos grandes y poderosos, nos sentimos seguros, no sentimos imparables.
Muy a pesar de todas esas sensaciones
que vivimos a diario, que haya poder o no, que tengamos proyectos ejecutándose,
sueños cumpliéndose, ilusiones satisfaciéndose, hay algo de gran vitalidad en
la vida y es el hecho de sentirse amado, de saber que hay alguien que está ahí
para celebrar la vida, que está presente para aguantar nuestros malos momentos, para
hacernos ver que estamos bien o estamos mal, que nos recuerda que hay amor en
nuestras vidas.
Es especial tener a alguien,
porque hasta los conflictos se tornan en partes importantes de nuestras vidas y
aceptémoslo o no nos hacen sentirnos vivos y con ganas.
No todos tenemos a ese alguien,
no todos hemos encontrado a la persona ideal, o al menos a la persona molde, a
la que soporte y cambie, comparta y reproche, a la que nos entienda y nos
reprenda.
Y es feo estar solo, porque
parece una enfermedad, parece un virus que te separa de los demás, que te hace sentir
desmotivado, te lleva a los lugares más oscuros de tu forma de ser, te muestra
sentimientos negativos con gran frecuencia, te hace muchas veces indolente, te
convierte en quien no quieres ser y te coloca en estado de nadie parece
realmente querer darte un lugar importante en su vida. Y sí, se llega a un
punto dramático, donde toda parece perdida, días que se vuelven monótonos,
porque los mensajes y las llamadas son para cosas de las que dije al principio,
porque nos acostumbramos a oír cosas duras y cuando nos dicen algo bonito nos es
difícil creer, porque cuando estas solo, la soledad parece un retumbar en el
alma, ves felicidad doquier, aunque es felicidad inexistente, ves cristalizar
muchos proyectos que no son lo que ves, y ves consolidar relaciones que
involucran a las que alguna vez viste como la madre de tus hijos, y la vida te
parece fea. Lo mejor es que sabes que lo que crees no es una realidad, solo son
fantasmas mentales, que seguimos abrazando para protegernos de nuestro mismo
miedo.
¡Y un suspiro!
La vida si es más dura cuando
estas solo, porque no hay apoyo, no está esa motivación extra, no hay besos ni
caricias, ni palabras bonitas, no hay un léxico de amor, no hay quien te espere
o quien te marque sin parar, y aunque en cierto punto sea el anhelo de muchos
comprometidos, no hay nada como el placer de convivir y construir junto a
alguien más, eso lo sé, aun sin haberlo vivido.
Esas son algunas de las cosas
feas de estar solo.
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